Ventiladores centrífugos: potencia y eficiencia
Diseño y mecanismo de funcionamiento de los ventiladores centrífugos
Los ventiladores centrífugos son famosos por su fuerza y eficacia en aplicaciones de climatización. Estos ventiladores funcionan utilizando los impulsores giratorios para aumentar la velocidad de una corriente de aire. Esta es la razón por la que el aire se convierte en presión al llegar a los extremos de las aspas. Esto hace posible que los ventiladores centrífugos creen altas presiones. Son perfectos para aplicaciones que necesitan una mayor resistencia al flujo de aire o sistemas de alta presión.
Los ventiladores centrífugos funcionan con corriente alterna o continua y son muy eficaces. Son capaces de hacer frente a corrientes de aire húmedas o sucias, por lo que son perfectos para condiciones tan duras.
Los ventiladores centrífugos están formados por un rodete giratorio encerrado en un conducto. Dependiendo de la aplicación, el rodete está formado por aspas inclinadas hacia atrás, curvadas hacia delante o radiales. El rodete de estos ventiladores gira y, de este modo, el aire entra en el ventilador y se acelera hacia el exterior. Esto genera una fuerza centrífuga que, a su vez, aumenta la presión del aire. A continuación, el aire es expulsado por el conducto de salida. Los ventiladores centrífugos están diseñados de tal manera que pueden tratar grandes volúmenes de aire y crear altas presiones. Por ello, son ideales para su uso en campos en los que la resistencia al flujo de aire es alta o los sistemas de presión son de alta presión.
| Característica | Descripción |
| Palas del impulsor | Inclinado hacia atrás, curvado hacia delante o radial (según la aplicación) |
| Principio de funcionamiento | La fuerza centrífuga creada por el impulsor giratorio aumenta la presión del aire |
| Flujo de aire | Alta presión, puede manejar grandes volúmenes |
| Eficacia | Eficaz para corrientes de aire húmedas o sucias |
| Aplicaciones | Ideal para sistemas de alta resistencia al flujo de aire o de alta presión |
Ventajas e inconvenientes de los ventiladores centrífugos
Entre las ventajas de los ventiladores centrífugos se incluyen:
Capacidad de alta presión: Los ventiladores centrífugos soportan bien altas presiones estáticas. Por eso son perfectos para unidades de tratamiento de aire y sistemas de captación de polvo.
Versatilidad: Estos ventiladores pueden impulsar aire en distintas direcciones. Esto permite utilizarlos en más aplicaciones que otros tipos de ventiladores.
Distribución eficaz del flujo de aire: Los ventiladores centrífugos distribuyen el flujo de aire uniformemente. Por lo tanto, son adecuados para situaciones que requieren una circulación de aire constante.
Durabilidad: Los ventiladores centrífugos son más resistentes y duraderos que los axiales gracias a su sólida construcción. Sobresalen incluso en condiciones de calor extremo.
Entre los inconvenientes de los ventiladores centrífugos se incluyen:
Mayor coste: Los ventiladores centrífugos suelen ser más caros que los axiales. Esto se debe a que su diseño y construcción son más complicados.
Funcionamiento más ruidoso: Estos ventiladores suelen hacer más ruido que los axiales, sobre todo a velocidades más altas. Esto puede ser un problema en zonas sensibles al ruido.
Más consumo de energía: Los ventiladores centrífugos, debido a su diseño y capacidad de alta presión, consumen más energía que los ventiladores axiales. Esto puede suponer una desventaja en aplicaciones de bajo consumo.
Aplicaciones de los ventiladores centrífugos
Los ventiladores centrífugos son los más comunes en las aplicaciones de climatización por su capacidad de alta presión y su durabilidad. En las unidades de tratamiento de aire (UTA), son los que ejercen la presión necesaria para distribuir el aire acondicionado por todos los edificios. Esto garantiza el correcto funcionamiento de los sistemas de ventilación.
También son esenciales en los sistemas de captación de polvo. Su capacidad para crear una alta succión que captura y transporta las partículas de polvo en el aire, limpia así el aire en las zonas industriales. Además, los ventiladores centrífugos son los elementos clave en los sistemas de incineración. Aspiran aire a través de la cámara de combustión y mantienen el flujo de aire en la dirección correcta. Esta es la clave para un funcionamiento eficaz y seguro en entornos de alta temperatura.
Además, estos ventiladores también se utilizan en otras aplicaciones industriales que requieren una gestión del flujo de aire fuerte y fiable. Su flexibilidad los convierte en una buena elección para entornos que necesitan una circulación de aire constante y durabilidad.
Exploración de otros tipos de ventiladores para necesidades de calefacción, ventilación y aire acondicionado especializadas
Ventiladores en línea
Los ventiladores en línea, también llamados ventiladores de tubo, son los que están diseñados para instalarse en los conductos o sistemas de tratamiento de aire. Son los que se pueden utilizar tanto en configuraciones axiales como centrífugas, proporcionando así versatilidad en términos de capacidades de caudal de aire y presión. También se utilizan con otros sistemas de ventilación para mejorar el movimiento del aire. Estos ventiladores se instalan en edificios comerciales, oficinas y espacios residenciales para mejorar la ventilación y mantener la calidad del aire interior al nivel deseado.
Extractores de techo
Los extractores de tejado se fabrican para extraer el aire caliente, viciado o contaminado de los edificios. Estos ventiladores se instalan en el tejado y tienen una carcasa resistente a la intemperie para proteger las piezas internas de las inclemencias del tiempo. Están hechos para sacar el aire caliente, húmedo o contaminado del edificio. Pueden accionarse por diversos medios, como transmisión directa, transmisión por correa o motores de conmutación eléctrica (ECM). Son eficaces sobre todo en lugares donde la ventilación natural no es suficiente o no es posible en absoluto. Los extractores de tejado se utilizan en diferentes lugares, como edificios comerciales, almacenes, fábricas y espacios residenciales, para garantizar un intercambio de aire adecuado y eliminar los contaminantes nocivos del interior del edificio.